Ante el interés de numerosas personas preguntando sobre criadores o sitios de
confianza donde comprar un Shiba inu, creemos importante disponer de una serie
de orientaciones generales de lectura recomendada.
Nuestro perro va a pasar cerca de 15 años a
nuestro lado y por ello merece la pena dedicar un tiempo a informarnos sobre el
lugar en el que vamos a adquirirlo. Aquí detallaremos algunas pautas básicas a
tener en cuenta a la hora de decidirnos.
Infórmate
sobre la raza y sé consciente de sus necesidades:
De igual forma que insistimos en
una cría responsable, abogamos por una tenencia responsable. Un perro es un ser
vivo que precisa de atenciones y sacrificios: necesita ejercitarse,
relacionarse, ser tratado cuando necesite cuidados veterinarios, ser
correctamente cuidado cuando envejezca, etc.
Además el Shiba inu es una raza con un
temperamento especial. Todos los que tenemos uno los adoramos, pero no dejan de
tener un carácter un tanto peculiar que puede no agradar a quien lo compra
meramente por su aspecto de pequeño zorro. Insistimos en leer, informarse y formarse adecuadamente para conocer bien la
raza y al perro como ser vivo antes de lanzarse a la aventura de incorporar un
nuevo miembro a la familia.
Una buena fuente de información será sin duda la de los criadores con experiencia y conocimiento de la raza.
Descarta
criaderos multiraza y tiendas:
Hay algunos
criadores responsables que con el paso del tiempo se han ido interesando en
otras razas, pero normalmente esto surge de forma natural, como una pasión, con
esta apreciación queremos diferenciar al criador pasional que decide añadir alguna
raza más a las que inicialmente dedicó su atención de las granjas en las que tienen una pareja de cada
raza o que te ofrecen los cachorros por encargo y disponen de cachorros todos
los días del año.
Un
criador responsable estudia la raza en profundidad y trata de conservarla y
mejorarla. Estos centros de cría no aportan nada a la raza, se limitan a
repetir los mismos cruces una y otra vez, con el único objetivo de vender.
Piensa que cuantas más razas ofrezcan, menos
conocen sus particularidades y lo más probable es que sean meros intermediarios
de perros importados de fábricas de cachorros, criados en pésimas condiciones
tales como madres sobreexplotadas que no conocen otra vida que parir una y otra
vez en una jaula e hijos que son separados muy tempranamente de su madre. Todo
ello deriva en cachorros que llegan a nuestro país con problemas inmunológicos
y de socialización, con cartillas falsificadas porque no tienen la edad mínima
para viajar (muchos suelen morir en el trayecto), sin ningún tipo de selección,
sea por tipicidad, carácter y, por supuesto, con una garantía inexistente ante
problemas de salud.
Ten en cuenta también que comprar en estos
establecimientos contribuye a que esta cruel industria siga adelante.
Los anuncios que plagan las páginas de
anuncios de Internet tampoco suelen ser muy fiables. Normalmente se trata de
timos o, de nuevo, de tiendas y granjas de cachorros. No te fíes de anuncios
que utilizan frases como “excelente morfología y genética”, “máxima seriedad” o
“somos criadores y ofrecemos garantía de por vida”. Es extremadamente raro que
un criador realmente serio y responsable se publicite en páginas de anuncios.
Conoce al
criador y, si es posible, sus instalaciones y reproductores personalmente antes
de reservar tu cachorro:
En un criadero es muy importante
la higiene, el espacio del que disfrutan los perros y las condiciones en las
que estos se encuentran. Y obviamente, al estar hablando de una raza, debemos
prestar atención a la tipicidad de los ejemplares. Infórmate sobre cómo
funciona el criador, cómo elige sus cruces, qué aporta a la raza y cómo cría y
socializa a sus cachorros.
El criador debe facilitarte información sobre
sus reproductores y su forma de trabajar sin problemas. Si se niegan a
enseñarte sus instalaciones o a los padres, sencillamente dirígete a otro que
te lo muestre sin ningún inconveniente.
Aunque ningún cachorro está absolutamente
libre de sufrir a lo largo de su vida alguna enfermedad o dolencia puntual,
será absolutamente importante saber que el criador responsable realiza algunas pruebas de salud, tanto
morfológicas (placa de cadera, de codo, reconocimiento de luxación de
rótula...) como genéticas ( Gangliosidiosis, Mielopatía degenerativa, test de
ADN, etc ) En general, es importante
saber si el criador se preocupa por la salud de la raza y cría con ejemplares
sanos y equilibrados. Un criador que se precie no dudará en mostrarte las pruebas de salud de todos y cada uno de sus ejemplares; si no es así, reflexiona.
A un criador le cuesta mucho esfuerzo tanto
económico como en tiempo llegar a
introducir líneas de sangre con toda la tipicidad propia de la raza. Una
buena línea de sangre es la base de un buen criador, pues influirá directamente
en la salud, la belleza y el carácter de sus cachorros. Esto, entre otros
factores, justifica el precio de un cachorro de un criador serio.
Un factor que es síntoma de malas prácticas
en la cría es la constante repetición de cruces consanguíneos (entre padre e
hija, hermanos, etc.). La excesiva consanguinidad deriva en un acervo genético
pobre, lo que se traduce en una alta probabilidad de problemas de salud.
Las
sociedades caninas nacionales y sobre todo la FCI (Federación Cinológica
Internacional) recomiendan evitar este
tipo de cruces en sus estrategias para la cría.
Documentación:
Es necesario que el criador, en el momento de
entrega del cachorro (con al menos dos meses e identificado con microchip), te
facilite la cartilla veterinaria con las
vacunas correspondientes a su edad y el pasaporte europeo. Un criador
responsable te ofrecerá también su asesoramiento de por vida del cachorro. Una
tienda o granja los trata como simple mercancía y una vez salen de su
establecimiento “no son su problema”.
Además de la documentación detallada el
criador inscribirá los cachorros en el LOE para certificar el pedigrí de los
mismos en la Real Sociedad Canina de España.
Muchas personas no conocen la importancia del
pedigrí. Esto es el árbol genealógico de nuestro perro, el registro de sus
antepasados que asegura su pureza como raza. También nos habla del trabajo del
criador. Normalmente el pedigrí se debería entregar sin problemas al propietario que lo solicite.